Mission Hontanas : chronique n°5

Publicado el : 16 de junio

Experiencia en Hontanas-Burgos (Peregrinos del Camino de Santiago)
Testimonio de Yohana Rodríguez Rondón. DMSF

Fueron dos semanas cargadas de experiencias nuevas, fraternidad y misión compartida en torno a los peregrinos del Camino de Santiago y en algunas ocasiones, con los vecinos del pueblo.

Mi primer encuentro con esta realidad fue en mayo con una comunidad tipo acordeón, que se fue haciendo más grande o más chica según íbamos llegando algunas o marchando otras.

Aunque le había comentado a Esther que estaría en principio observando cómo hacer los masajes, la realidad me dio un sacudón y desde el día primero, sin saber cómo y sin esperarlo, me vi sola frente a un joven peregrino que se acercó para un masaje de pie. No me dio tiempo de reaccionar más que para decir “por supuesto, siéntate y empecemos”. Aunque esperaba que apareciera alguna hermana y cederle mi puesto, no ocurrió, y lo demás fue fluyendo. Mi tensión del principio se transformó cuando comenzamos a conversar y el joven me compartió sus motivaciones para emprender la marcha hacia Santiago de Compostela.

Ese primer momento ya soltó mis manos y mi corazón para empezar a hacer la experiencia plenamente. Fueron muchos los que cada día se acercaron en busca de los masajes y la posibilidad de conversar, lo que nos ayudó a conocer sus inquietudes para ponerse en camino: hacer silencio, reflexionar sobre realidades personales, mirarse en su interior… agradecer.

Otros tantos se acercaban también a los ratos de oración de cada tarde. Un espacio sencillo y simbólico, que a más de uno, le ayudaba a conectar con Dios, con su propia persona y con el porqué de ponerse en camino. Al finalizar cada oración se acercaban para agradecer y valorar el rato ofrecido.

La segunda semana, en junio, fue también espacio rico y de mucho para aprender. Los primeros días, tres mosqueteras (Ma. Emmanuel, Alphonsine y yo) y terminamos la semana como dúo dinámico (Alphonsine y yo).
La dinámica de cada día seguía su ritmo para dar vida a la comunidad, preparar cosas-actividades y la acogida a los peregrinos tarde-noche.

Esta semana nos acompañó el ritmo contagioso del “Tantán”, que Alphonsine, luego de la oración, hacía resonar en la plaza y que atraía a algunos para cantar y bailar. Fue otro espacio bueno de acercamiento a los peregrinos.
Como nunca faltan los imprevistos, esta semana, nos quedamos sin el calentador de agua, pero como la vida es un continuo reinventarse, buscamos algunas estrategias para hacerlo funcionar y que la ducha no fuera un episodio traumático por el agua casi congelada. Superada esta prueba ya todo seguía su curso normal. Fue solo un pequeño percance, porque la riqueza de la vida, la comunidad y la misión siguen teniendo mucha fuerza y hacen superar hasta estos imprevistos.

Gracias a cada una de las hermanas-compañeras con las que pude compartir esos días y a las Dominicas Romanas por ofrecer este espacio.

Yohana Rodríguez Rondón. DMSF